Definiríamos CALDERA como: «todo aparato a presión donde el calor de cualquier fuente de energía, se transforma en utilizable, en forma de calorías a través de un medio de transporte en fase líquida (agua,…) o gaseosa (vapor)».
Las calderas se pueden clasificar en grupos diferentes, pero aquí nos centraremos en los tres más utilizados:
CALDERA ESTANDAR (convencional)
Es aquella cuya temperatura de funcionamiento puede limitarse a partir de su diseño. Son la mayoría de las calderas instaladas en nuestras casas.
CALDERA DE BAJA TEMPERATURA
Es la que puede funcionar continuamente con una temperatura de agua de alimentación entre 35 y 40ºC, pudiendo, en determinadas circunstancias, producir condensación (se incluyen en esta definición las calderas de condensación que utilizan combustibles líquidos).
CALDERA DE CONDENSACIÓN
Es una caldera diseñada para poder condensar de forma permanente una parte importante del vapor de agua contenido en los gases de combustión.
Tanto las calderas de condensación como las de baja temperatura son consideradas calderas de alto rendimiento, ya que son capaces de obtener un mayor rendimiento de la energía aportada. Lo que redunda en un menor gasto energético y, por consiguiente, reduciendo las emisiones de CO y NOx al medio ambiente.